Por @vannevallet
Haber pasado por dos carreras creativas (Arquitectura y luego Bellas Artes) no sólo me mostró lo que académicamente debía ser mostrado, también fue capaz de revelarme las distintas aficiones, gustos y pasiones de la gente que me rodeó todos esos años, esos que vas descubriendo a medida que te relacionas, conversas, investigas y observas.
Algunos somos fanáticos de los libros (y lloramos al entrar y salir de una librería), de las infinitas imágenes que acumula el mundo ciberespacial, del fanatismo casi vicioso del que escribe/dibuja a cada minuto en su pequeña libretita de hojas blancas o el que es capaz de gastarse una millonada cada vez que debe ir en busca de otro pincel y otro tubo de óleo. Pero ese gustillo especial por los lápices es el que me motiva a escribir el post de hoy. De colores, tinta, grafito y ese sinfin de posibilidades que nos ofrece el mercado.
Para Diem Chau, seguidora de Dalton Ghetti, el lápiz dejó de ser sólo una extensión de su brazo, o el mecanismo que permite la creación, y lo transformó en una obra en sí misma. Este es algo de su registro fotográfico de su último trabajo que nació (según ella misma explica en su blog) luego de ver imágenes del fundador de un restorán norteamericano cazando animales en peligro de extinción en África. Para Diem Chau, en The Last Elephant, lo fundamental fue reflejar el sentimiento de soledad: "I wanted to make something beautiful and sad. I feel his loneliness." (Yo quería hacer algo bello y triste. Siento su soledad)
The Last Elephant
Para ver más de Diem Chau
Fuente: thisiscolossal.com
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